lunes, 8 de diciembre de 2008

Su esencia

Por Cristina Pastén


Aunque en dos años será famoso, no abandona su posición de fanático, posee muchos ídolos, admira innumerables cosas…

Disco predilecto: “Pasión” de la banda Lapsus.

La música de Claudio revela su más puro sentir, sus notas son el reflejo de un escupitajo de su razón dominada por su pasión.

Su disco favorito es de una armonía despampanante, los violines eléctricos dominan un bajo incesante y muchas veces repetitivo, los saxofones –también eléctricos- no dejan de hacer lo suyo colaborando con una atmósfera misteriosa, apasionante. No hay percusión directa, el piano es el que actúa como batería (causa por la cual muchos los llaman “Los seguidores de Bártok”). De vez en cuando es agregada una voz plana o muy aguda, pareciera que fuera un hilo que une cada instrumento.

El disco está último en el ranking de ventas ya que no cae en lo electrónicamente vacío que es la música bailable que está de moda.

Su canción favorita es “blanco y negro”, la cual, invita a tres vocalistas a una danza armoniosa del bajo en saxo que emociona con los violines constantes. El piano actúa pesado con la izquierda pero en la derecha canta la melodía de toda la pieza, es la primera canción que Claudio sacó de ese grupo.

El disco posee once canciones más, todas muy dulces para su oído prodigioso.

Cuando la música le ahoga o el placer ya lo tiene satisfecho, se zambulle en las páginas de mil y un conocimientos.

Libro favorito: “Uno” de Pierre Boniface.

Lleva siete años en el mercado y trata de un hombre que cursa sólo su existencia acompañado de diversos personajes que no llegan más allá de su superficialidad (por eso es que está solo)

Dimitri (el protagonista), se sumerge en su introvertido mundo dejando de lado el intento por comprender la existencia ajena, por lo que cae en alucinaciones constantes que son realmente las verdades de un mundo cada vez más vacío.

La primera vez que leyó el texto se dijo lo mismo que cuando terminó de leer “Un mundo feliz”: “No dejaré que ocurra esto…”

Las críticas lo catalogan como ensayo o crítica a la sociedad, sin embargo, dentro del gran corazón del pianista, Claudio lo cataloga como lo que él mismo es de vez en cuando.

Película del corazón: “Proyecto” del cineasta alemán Helmuth Wilhem

Fue a verla al cine junto a Beatriz antes de la guerra civil del 20’

Trata de una pareja judía que en tiempos de holocausto huye de los campos de concentración nazis para adentrarse en el campo escapando de las garras antisemitas, donde luchando por la supervivencia encuentran una familia que los hospeda, la cual posee la particularidad de vivir en otro tiempo, en el 2000.

Los futuristas les explican que el mundo dará un fuerte giro y que ellos eran personajes importantes en la revolución.

Danka y Olek (la pareja), acceden a participar, sin embargo, es en el transcurso del viaje por el hogar del próximo siglo donde descubren que la revolución de la que ellos hablan tiene lugar en el 2040.

Aterrados por lo imposible, intentan escapar del lugar, aunque en medio de la fuga, se percatan que esta gente no vive en el 2000, sino que son un grupo de visionarios que han descubierto hacia donde se dirige el sistema capitalista y la libre competencia.

Tristes por el futuro, deciden poner su granito de arena y erradicar de a poco la competencia insostenible que los seres realizan cada día, para así vivir por la comunidad y no por lo más lejos del otro que debe llegar uno, para así crear una sociedad civilizada y no primitivamente competitiva.

No es un libro, no es un disco, no es una película, es su esencia misma interpretada por otros.

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