La emancipación de los animales:
Por Macarena Molina.
Darwin previó el suceso, una puerta de esperanza para todas las especies menos la raza humana. Restitución. Durante un periodo de cinco años los animales evolucionaron más que en toda su historia. Comenzó cuando el primero miró y dijo… no me comas. El granjero corrió a buscar su escopeta y dio rápida paz al cerdo. Pero en el instante en que la bala atravesó la grasa, carne y hueso; el galpón entero rugió con el estruendo de 999 gargantas porcinas levemente humanizadas, Nuooooouuuooo¡¡. Los cuerpos rosados y tubulares, llevados a la obesidad debido a las hormonas se contoneaban intentando escapar de sus jaulas, la grasa tiritaba. Pero las atrofiadas patitas eran incapaces de elevar los pesados cuerpos. Más, la ira acumulada en las bestias pensantes supera la invalides mórbida; Una chancha, del tamaño de un auto, comenzó a golpear su puerta de metal. Cada arrebato hacia aflorar gotas rojas desde su piel. La multitud se silencio mientras la chancha arrojaba con sus ultimas fuerzas la masa corporal, hasta que atravesó el metal dejando libre a la piara.
La noticia del granjero muerto por mordiscos de cerdo apareció en el diario El Asombroso, junto a la foto de un bebé sin cabeza. Solo cinco bestias fueron recuperadas y fusiladas de inmediato, no pronunciaron palabra. Estos mártires, junto a la gran chancha que les dio libertad, se transformarían en los líderes espirituales del movimiento de emancipación animal.
La Piara se refugió en el bosque. Durante la noche salían en excursiones de diez en diez, no era fácil camuflar las huellas de las pequeñas pesuñas pero después de la primera semana descubrieron como catapultarse sobre las murallas del mall, el trampolín de los juegos infantiles del estacionamiento. Salir era fácil; una vez abiertas las tiendas, podían confundirse entre las grandes señoras en vestidos floreados.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
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