miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sol y luna, Claudio Lopehandía.

Por Cristina Pastén


6:30 Su despertador que funciona a base de vibraciones y no sonidos, se activa.
Abre los ojos, mira el techo oscuro e imagina una pequeña prolepsis de su día.
Procura no despertar a Beatriz. La mira, la ama con su mirada.
6:35- Se autoretrata en el espejo, revisa sus ojeras, observa sus manos, sacude su
7:00 cabello, saca su cuaderno y escribe.
Se le ha ocurrido una nueva canción, saca los audífonos y experimenta…
7:01 Se introduce en su ducha que tiene aspecto de nave. Demora un minuto y medio porque le gusta consentirse. Se seca y se peina. Ha decidido dejarse barba, hoy no se afeitará.
7:20 Se sirve una taza de café y abre dos cápsulas de galletas. Saca su cuaderno y escribe: “más de una gota de azúcar tiene mi café, sin embargo, es el arte la taza de mi completa existencia”
Cepilla sus dientes y sale.
7:35 Toma el bus de la monopólica empresa gringa “Happybus, viva al nivel del ciudadano estadounidense”
7:36 Piensa: “Qué nombre más estúpido”
7:41 Llega al Teatro Municipal, el único lugar donde hay un piano vertical. Dicen que lo salvaron después del bombardeo popular en la Escuela Moderna (guerra civil de los 20’). Palpa con sus yemas la marca “Yamaha”. Es negro y recto, de teclas plásticas y cobertura igual, ¡antiquísimo!
7:50 Comienza a trabajar. La orquesta suena sin público, como siempre.
Nadie asiste a ensayos si no son acompañados de emblemáticas publicidades de Coca-Cola, Zara, Mcdonald’s, etc.
12:00 Termina el ensayo, los músicos inertes salen, también los apasionados.
Solo se queda él, introvertido, con los dedos pegados entre las blancas y negras.
12:30 Finaliza la sonata y decide partir, vuela por las calles en terribles buses felices, aspirando el sucio aire oscuro por la falta de sentido común.
12:45 Llega a su hogar. No está Beatriz, ha ido a buscar a Bastián al jardín infantil.
Se sienta en su seudopiano de plástico y comienza a musicalizar sus sentidos, soñando en el más puro anonimato.
13:28 Apaga el piano y admira su grandeza empequeñecida por la obsesión de alivianar costos. Huele sus teclas y posa la cabeza entre éstas mismas. Respira.
Llora y humedece sus manos, grita ahogadamente por esta sociedad tan injusta, tan segregadora y sucia, donde la ilusión no tiene lugar sobre el dinero.
13:45 Piensa que no todo es tan malo y que él es feliz con su música. Sonríe y se esperanza. Escribe: “Seguiré en el juego de la carrera de pasiones pues me afirmo a las corcheas y vuelo con mis alas pentagramas. Soy iluso, soy quien canta en las mañanas”
14:02 Llega Beatriz con el niño. Claudio le pregunta por qué ha demorado tanto, ésta le responde que la detuvieron dos policías de Nagashima S.A. (“empresa dedicada a servicios públicos de seguridad y orden”)
14:15 Almuerzan en familia. Beatriz le dice a Claudio que hay que tener cuidado, pues nuevamente los tienen en la mira.
15:00 Terminan de almorzar. Todos ayudan a levantar la mesa.
15:10 Beatriz lava los platos, Bastián los seca y Claudio los guarda.
15:15 Bastián le pregunta a Claudio por qué hay tanta desigualdad en el mundo, Claudio responde de la manera más objetiva posible.
15:30 Claudio va a dejar a Bastián a la jornada de tarde obligatoria en su jardín infantil, le explica que no debe creer en todo lo que le digan, que todo es cuestionable.
15:45 Llega a su hogar y encuentra a su amor llorando en el comedor, le pregunta qué le ocurre y ésta le responde que no puede seguir viviendo así y que se siente inútil sin poder tocar el saxofón. Claudio la consuela diciéndole que él la ama aunque le hayan cortado sus dedos índices y meñiques en la guerra civil y que puede trabajar por ambos, pues el piano alcanza para todos.
16:00 Se besan. Claudio finge que puede con esto y que está todo bien. La abraza actuando fortaleza, la sostiene demostrándose que sería un buen actor.
16:30 No le interesa faltar nuevamente al trabajo, necesita escapar, necesita volar.
Claudio recorre las calles santiaguinas con las lágrimas asomándose por los párpados, extiende los brazos y se dice así mismo “puedo volar”
18:00 Tras danzas sentimentales y raciocinio delirante, llega al Teatro Municipal y se sienta frente al piano Yamaha que en unos veinte minutos más será utilizado. Toca “L’Absente” con una técnica sorprendente.
18:05 Un músico de aspecto corpulento acaba de escuchar la pieza sentado en las butacas. Considerando la técnica, se percata de que Claudio es un profesional, le interesa.
18:20 La otra orquesta echa con la mirada al pianista, Claudio sin ningún sentimiento negativo, danza nuevamente a su hogar, olvidando las penas y declarándose un amante de SU vida.
19:30 Recorre varias cuadras buscando una florería de pétalos reales y no holográmicos.
19:40 Compra un ramo de Astroliliums y un muñequito para Bastián.
19:45 Se da cuenta que cayó en el consumismo deseando demostrar su cariño.
20:00 Regala ambas cosas a unos indigentes.
20:10 Se sienta en la vereda putrefacta por la humedad y la falta de luz –cosa que poco le interesa-, saca su cuaderno y escribe :
“Se me revuelve la nariz cuando percibo todos esos olores que matan mi raciocinio delirante.
Es extraño, lo sé, pero es una sensación más bien interesante. ¿No es hermoso visitar las ínfimas texturas de opacas hojas tan despampanantes como el anonimato del promedio? ¡Qué precioso es mirar y ver algo!
Mi descontento se somete a una plenitud cautelosa entre todos esos movimientos, sonidos y aromas. Es el ambiente, una marea incesante lo que mueve el motor de mi danza, la discoteca del descubrimiento.
Saco mi cabeza por la ventana, para admirar el viento que acaricia mis mejillas, cierro los ojos y me acuesto entre lo perceptible, los abro y descubro lo nunca visto. Veo esencias y nuevas personalidades, cientos de mundos y universos infinitos.
Todo es tan hermoso...
Me niego a pensar que el ser humano es un ente de vacíos y ausencias de empatías. Me niego a creer que somos cuerdos cuando la locura no alcanza nuestras vidas. Niego a resignarme que nada puede cambiar y por sobre todas las cosas, me niego a pensar que no podemos ser felices”
21:00 Llega a su hogar y se percata que las luces están ausentes.
Con sigilo, abre la puerta de entrada y descubre en la habitación de Bastián a éste con su madre, ambos dormidos y ella con libro caído en las manos.
Los contempla.
21:20 Se sienta junto a ellos y le musita suavemente a Beatriz: “a ti te amo porque me das fuerza cuando soy débil y porque me necesitas cuando te desmayas”
Luego, se acerca a Bastián y le susurra “y a ti porque eres la esperanza”
“El mundo de Sofía, versión infantil” recitaba la carátula.
21:30 Duerme en el hombro de su compañera.
22:00 La familia descansa mientras la televisión transmite: “Las relaciones entre el bloque popular y neoliberal son tensas. Los analistas hablan de una posible segunda guerra civil. Grupos extremistas asesinan…”

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